¿Puedo llegar a ahorrar el 10% de mi ingreso?
Adquirir el hábito financiero de ahorrar es importante no solo para la economía personal y familiar, al final se traduce en una mejor calidad de vida. ¿Cómo empezar? ¿Cuánto ahorrar? Dudas que despejaremos.
Por: Jorge Fajardo
Luego de analizar por un par de semanas el presupuesto familiar y encontrar que en los últimos 12 meses ha usado más de lo normal la Tarjeta de Crédito y aceptar un préstamo de Libre inversión, Diana una barranquillera que trabaja en una empresa de comercio exterior descubrió con preocupación que el porcentaje del dinero de su salario destinado para cumplir con las obligaciones financieras había aumentado.
Al analizar en qué había usado esos préstamos detectó que no había sido necesario acudir a ellos. Simplemente debía haber organizado sus ingresos y gastos, así como haber destinado un porcentaje para ahorrar lo que le hubiera permitido adquirir el vestuario y los electrodomésticos que compró con los créditos.
Al hacer este ejercicio Diana entendió que el ahorro es un gran aliado para alcanzar expectativas, necesidades, metas y sueños. Un hábito que se fortalece por medio de cinco virtudes: la voluntad, el autocontrol, la disciplina, la perseverancia y la confianza en sí mismo; además reduce la posibilidad de caer en la tentación de endeudarse.
“Echar números”
Independiente de los ingresos, siempre hay que hacer el esfuerzo de destinar una parte de estos para ahorrar; lo importante es separar la misma proporción para convertirlo en un hábito quincenal o mensual.
Los expertos en finanzas y economía de bolsillo consideran que destinar el 10% de los ingresos mensuales es una buena cantidad para ahorrar y aplicar lo que queda para el pago de los compromisos financieros y gastos adquiridos.
Pero si hay un motivo específico por el cual va a ahorrar y este incluye una fecha futura exacta para alcanzarlo, como es el caso de unas vacaciones, es recomendable determinar el valor de lo que cuesta, dividirlo en el número de meses que faltan para saber cuánto debe separar cada mes.
¿Y cómo lo hago?
Pero ¿a dónde llevar el dinero que ahorramos para no tenerlo debajo del colchón? Pues las entidades financieras son una buena opción porque ofrecen una variedad de productos que se ajustan las necesidades:
- Cuenta de Ahorros: Se puede depositar dinero en cualquier momento (salario o ingresos extras), el cliente recibe los intereses definidos por el banco y puede retirar los recursos cuando se requiera.
- CDT´s: Se deposita un monto de dinero por un tiempo acordado entre banco y cliente (de 30 a 540 días), recibe intereses más altos que en una cuenta de ahorros y puede disponer de su dinero al terminar el plazo acordado.
- Cuenta AFC: Brinda beneficios tributarios al cliente por depositar los recursos que usará para comprar vivienda, pagar la cuota inicial o las cuotas del crédito hipotecario.
- Bolsillos de Ahorro: Son una alcancía virtual que se abre por la aplicación o web del banco, permiten ahorrar con metas definidas dentro de la propia cuenta de ahorros, programar depósitos automáticos o consignar en cualquier momento.
Así como Diana muchos podemos. Porque ahorrar no requiere de grandes sumas de dinero ni de un riguroso manual o de medios complejos, no tiene distinción de edad, género, raza o ingresos y es un hábito que se adquiere por decisión propia.
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